Uno de los puntos nuevos que he incorporado a la visita de Baeza es EL CARMEN DE BURGOS. Se trata de un centro de Formación Feminista, dependiente del Instituto de la Mujer. Un espacio que nos hará conocer más de la historia de la mujer y de Baeza.
Actualmente, se retoma su actividad en septiembre de este mismo año (2021) y se han impartido acciones formativas de carácter feminista e inclusivo con actividades muy diversas como talleres de emprendimiento y empoderamiento, además de aprendizaje de inglés, cine de verano y cursos creativos.
Debido a estas acciones y su naturaleza, debemos el nombre de este centro. Y es que, Carmen de Burgos fue una activista feminista, maestra, periodista, escritora, traductora y pedagoga. Una persona importantísima de finales del siglo XIX-principios del XX, nacida en Almería en 1987. A pesar de nacer en una familia acomodada, siempre luchó por los derechos de los desfavorecidos, acentuándose en la mujer y sus derechos conforme se desarrollaba su actividad y su vida. Como sabéis, últimamente, estoy muy centrada en mi labor de conocer nombres propios de mujer de nuestra historia.
CARMEN DE BURGOS SEGUI, su auténtico nombre, firmaba bajo los pseudónimos de Colombine, Perico el de los Palotes, Gabriel Luna, Honorine, Raquel y Marianela. De ahí precisamente viene el proverbio “perico el de los palotes”, muy usado en Andalucía cuando queremos referirnos a alguien sin saber quién es o sin querer decir su nombre.
Durante su vida, hizo muchas aportaciones en revistas y periódicos de gran renombre, aparte de innumerables obras de ficción y biografías e incluso ensayos; todos de índole feminista fomentando los derechos y libertad de la mujer. Casada en los años 80 y separada poco después, vuelve a casa de sus padres donde logra terminar sus estudios de maestra. Alrededor de 1900, aprueba las oposiciones y es nombrada profesora en la escuela Normal de Guadalajara. Desde ahí, es cuando comienza su ardua actividad.
En 1903 logra ser la primera redactora con columna fija en el Diario Universal, “Lecturas para las mujeres” bajo el pseudónimo antes mencionado de Colombine. La propuesta era que escribiera artículos livianos para mujeres contrastados con la sobriedad del diario. Por el contrario, Carmen de Burgos aprovechó para ir introduciendo paulatinamente ese feminismo que levantó bastantes opiniones negativas de los lectores.
En 1906 recorre Europa con una beca. De este gran viaje, escribe distintos artículos recogidos en la obra Por Europa. También se convierte en la primera mujer corresponsal de guerra, ya que se traslada a Marruecos. En 1909 publica su primera novela larga, Los Inadaptados, la primera de muchas. También se dedicó a redactar biografías a partir de 1911 como la Giacorno Leopardi (poeta italiano) o la de Mariano José Larra, bajo el título de Fígaro.
Siempre formó parte de grupos de índole reformistas liberales. Se afilió al Partido Socialista Obrero Español, el cual abandonó durante los años 20 por discrepancias en cuanto a la reivindicación feminista del sufragio universal. Lo abandona y se afilia al Partido Republicano Radical Socialista, más acorde a lo que ella defendía y pensaba. Durante esta época, también preside la Asociación Cruzada de Mujeres Españolas y lidera la primera manifestación apoyando las sufragistas en España. Carmen de Burgos empieza a defender sus ideas y derechos en mítines y tribunas públicas y en consecuencia escribe el libro La mujer moderna y sus derechos en 1920 e incluso llega a presidir la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas. Alrededor de 1930 se empieza a interesar por la masonería que, como ya sabemos, es una organización fraternal secreta, no religiosa que impulsa el progreso moral e intelectual de las personas, la cual Carmen de Burgos funda la logia (entidad) “Amor número 1”.
Por estas fechas, se integra en el ambiente literario y cultural madrileño, donde crea su propio círculo El Salón de Colombine- tertulias que se desarrollaban en su propia casa y que reunía grandes escritores y jóvenes promesas. Aquí da lugar a su larga relación amorosa con Ramón Gómez de la Serna y sale a la luz la Revista Crítica, haciendo eco de la cultura sefardí (descendientes de judíos expulsados de la península ibérica) y de las nuevas tendencias literarias del país.
Muere en 1932 en Madrid, un año después de la proclamación de la Segunda República. Su vida termina durante uno de sus discursos sobre sexualidad en el Centro Socialista de Madrid. No llegó a ejercer sus reivindicaciones sobre el sufragio universal de la mujer o la ley del divorcio, algo por lo que empleó su vida en ello luchando, pero lo consiguió, consiguió que hoy en día haya un poco más de igualdad en nuestra sociedad.
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