Se trata de un municipio ubicado en la cara norte de Sierra Mágina, en la ladera de una montaña y con sinfín de preciosos paisajes, que especialmente se disfrutan cuando la zona del valle se llena de color blanco por el florecimiento de los cerezos cultivados. Esto se une a la preciosa imagen del conjunto de viviendas blancas de todo la localidad.
Los primeros muestras de asentamientos en la zona nos llevan hasta el periodo Paleolítico Final, con las pinturas rupestres con motivos animales, halladas en la Cueva del Morrón. También hay restos del periodo ibérico-romano gracias al yacimiento de Cerro de Alcalá, la antigua Ossigi Latonium. Pero la ciudad propiamente dicha debe de tener su creación allá por el Siglo VIII – IX coincidiendo con otros asentamientos musulmanes de la zona y que le otorga una estructura de calles sinuosas, herencia de este periodo. El fin de la ocupación musulmana llega con la conquista de Fernando III el Santo en 1231, como muchas localidades de la provincia. En un principio queda asignada a Baeza. Posteriormente en 1285, Sancho IV otorga la localidad a la Orden de Calatrava. Y en 1539 fue comprada por don Francisco de los Cobos, Secretario del Rey.
Por tanto uno de los monumentos más importantes del pueblo y de la zona es su palacio, el Palacio de D. Francisco de los Cobos que data de 1565. La portada principal cuenta con un maravilloso arco de medio punto con una clave de hoja de acanto, acompañada de pilastras dóricas. Coincide con este periodo la construcción por Andrés de Vandelvira de famoso un puente para acceder al pueblo. Se trata de una época de esplendor para el pueblo.
Otro emplazamiento digno de visitar es la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, construida entre el siglo XVI y XVII. Con mezcla de estilos, en los que destaca un toque renacentista. Cuenta con tres naves, una central cubierta por bóvedas vaídas y las otras dos cubiertas con bóveda de cañón. En el interior encontramos tallas, una pila bautismal gótico-mudéjar, una pila de agua bendita y diferentes pinturas y capillas.
Otro templo es la Iglesia del Santo del siglo XX, más austera y moderna, solo consta de una sola nave con presbiterio y diferentes obras tales como un un lienzo del Ecce-Homo del Siglo XVII, otra pintura de la Divina Pastora del Siglo XVIII y la escultura de un Cristo Crucificado de época moderna.
En conjunto, Torres, es un pueblo ideal para perderse entre sus calles, disfrutar del paisaje, comer bien y llenar los pulmones de aire fresco de la Sierra de Mágina. Especialmente atractivo durante el periodo de floración del cerezo. Personalmente, el que escribe, suele ir varias veces al año. Esto lo dice todo.