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9 de agosto de 2018

Úbeda fue una ciudad con un gran número de congragaciones y fundaciones religiosas, de las cuales a día de hoy se conservan tres. En una serie de artículos iremos aportando datos interesantes sobre alguno de ellos. De hecho podríamos realizar una ruta conventual en nuestra ciudad.

El primero del que vamos a hablar, es uno de los que sí que se conserva y que además sabemos que fue que fue el primer convento de monjas de la ciudad en crearse tras la reconquista. Nos referimos al Convento de Santa Clara, que se encuentra situado entre la plazuela de San Pedro, Calle Rodrigo de Narváez y la plaza que da nombre al convento.

No se sabe la fecha exacta en la que este convento fue fundado al igual que tampoco conocemos si ocupa el lugar originalmente ocupó. Los  patronos del convento y de su capilla mayor fueron la familia Salido, una de las más importantes de Úbeda.

Como dato curioso sobre este convento, el 5 de Noviembre de 1489, la reina Isabel Católica se hospedó una noche en él, cuando pasaba por la ciudad para llegar a Baza y firmar la toma de Granada. La congregación ha conservado intacta la habitación que la reina ocupó aquella noche, llamándola cariñosamente “el palacio”.

A lo largo de la historia el edificio ha sufrido diferentes modificaciones, lo que hace de él un espacio ecléctico. En el exterior podemos apreciar la portada externa realizada en el Siglo XVIII y que sigue las características del estilo barroco con resonancias renacentistas. Podemos ver un arco de medio punto con pilastras laterales sobre plinto con decoración geométrica. Sobre el entablamento una hornacina de pequeño tamaño en la que aparece la imagen de Santa Clara. A ambos lados dos escudos de la orden franciscana. Tras esta portada un patio de pequeñas dimensiones que da acceso a la iglesia, con una puerta de estilo gótico-mudéjar, ejecutada en el Siglo XIII. Es una combinación de arcos polilobulados de tradición árabe y arcos abocinados apuntados cristianos, junto a una ornamentación abstracta de punta de diamante y dientes.

En cuanto al interior del convento gira en torno a dos claustros, uno más pequeño, de estilo mudéjar con toques tardorrománicos, y otro mayor remodelado en el siglo XVI, con arcos de medio punto en su primera planta y galerías adinteladas con columnas sobre zapatas en la segunda. Alrededor de ambos claustros quedan ubicadas las diferentes estancias de la vida conventual, la iglesia y un huerto.

En la actualidad alberga aun una pequeña comunidad de monjas de clausura. Son conocidas por la elaboración y venta de repostería, entre los que cabe destacar los roscos, que se pueden comprar utilizando el torno del convento.

Este convento es parada de nuestra visita grupal, por la relevancia del mismo. Invito a todo aquel que visite Úbeda que compre la repostería que las hermanas realizan con tanto cariño.

 

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