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Ibuit e Idubeda

Leyendas e historias

gestor

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7 de noviembre de 2020

Esta es una de las historias que más se cuentan en la ciudad de Úbeda, y que más se nos recuerda por los diferentes letrero y empresas que llevan este nombre. Ibiut e Idubeda.

En la antigüedad existían dos poblaciones en lo que entendemos el término municipal de Úbeda, se trataban de Úbeda la nueva y Úbeda la vieja. Ambas gobernadas por dos hermanos, Ibiut e Idubeda respectivamente. Las dos poblaciones tenían un número de habitantes semejante, esto es, su tamaño era parecido, pero se dedicaban a tareas diferentes para subsistir. Mientras que Úbeda la vieja, gobernada por Idubeda, se dedicaba al cultivo de las tierras, Úbeda la nueva, dirigida por Ibiut, se centraba en el ganado y el pastoreo. Pero su forma de afrontar el trabajo era diferente. Mientras que Idubeda apostaba por una buena localización de su cultivo y esperar a que las condiciones climáticas fueran las idóneas, teniendo muchos altibajos en la producción de sus cosechas, y Ibiut apostaba por el trabajo duro. El trabajo con el ganado, centrado en fomentar el pastoreo, su cuidado, y la proliferación de las cabezas de ganado. Su producción era bastante más estable comparada con la Idubeda, por tanto Úbeda la nueva era una población que se enriquecía a una velocidad más rápida que Úbeda la vieja. Fruto de ello, fue la creación de una gran torre como ofrenda y agradecimiento a los Diosese Úbeda la nueva. Ibiut decidió construirla sin consultar a su pueblo. Llevándose gran parte de las ganancias obtenidas.

Esto no hacía más que acrecentar la rivalidad entre los hermanos. Especialmente la de Idubeda hacia Ibiut. La nutría la envidia.

Un año, las cosechas fueron muy malas. Hubo mucha sequía y el pueblo de Úbeda la vieja tenía hambre. Esto unido a que Úbeda la nueva tenía gran año con muchos partos y mucha venta de pieles, hizo que la envidia estallara en forma de conflicto. Idubeda reclamaba a su hermano parte de sus ganancias para dar de comer a su pueblo. Ibiut le contestó que la situación en la que se encontraban era fruto de la forma de trabajar que tenía cada uno. Mientras Ibiut se afanaba en el cuidado del ganado y en el pastoreo, trabajando de sol a sol, su hermano se despreocupaba en esperar que el tiempo fuera óptimo para las cosechas, sin hacer nada para protegerlas. Idubeda enfureció y empujado por el hambre de su pueblo, decidió tramar una venganza y un asalto al poder de su hermano. Empezó a influir en los habitantes y seguidores de Ibiut, argumentando que esa torre tan bonita que habían construido para dar gracias a los dioses, se llevaba gran parte de la riqueza que podría tener el pueblo. Él argumentaba qué en Úbeda la vieja toda la riqueza se compartía independientemente de si el año era bueno o era malo. Pues no era culpa suya que las cosechas y el tiempo fueran óptimos o no, y que eso iba en función de cada año. Así que comenzaron a aparecer detractores de Ibiut en su propia localidad,  a pesar del gran año como estaban teniendo. Y es que muchos de sus seguidores se pusieron en contra de Ibiut. Idubeda siguió orquestando y alentando una rebelión contra su hermano. Así que organizó un asalto a Úbeda la nueva para derrocar a Ibiut. Entre los asaltantes estaban tanto habitantes de Úbeda la vieja como de Úbeda. En vista de que estaban en minoría, Ibiut decidió retirarse y se marchó, quedándose al mando de las dos ciudades Idubeda. La torre fue derruida como símbolo del triunfo de la rebelión.

 

De la situación Idubeda aprendió a que no  se debe de quedarse a esperar si el tiempo será bueno o malo, sino que hay que trabajar la tierra y el ganado para obtener prosperidad y buenos resultados. 

Está historia se usaba mucho ya que de desprenden de ella diversas moralejas: hay que trabajar duro para conseguir resultados, no te fíes ni de tu hermano, si tu hermano te pide ayuda, dásela, reparte las riquezas, escucha a tu pueblo, etc.

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